jueves, 30 de abril de 2009

1º de Mayo: Un día más de lucha

Mañana 1º de Mayo se conmemora el día del trabajador. Los hechos de Chicago, protagonizados por anarquistas, dieron el sentido a que este día se celebre actualmente. Éste es un día que se le otorga al trabajador para poder dedicarlo a reivindicar los derechos que se les tiene concebidos, es decir, no es un día de fiesta, es un día de lucha, pero no por ello, el trabajador debe de dejar de luchar los demás días del año. En este sentido, el sindicato que en la actualidad y ya desde su nacimiento ha demostrado estar en una lucha constante, día tras día, ha sido CNT, fiel a sus principios de desembocar en la emancipación del trabajador, mediante la transformación social.

Lejos de denominar al anarquismo como una forma de vida, ideología, pensamiento, práctica social... utópica, éste demuestra ser una real oportunidad, rica en todo su contenido.
CNT, lejos de seguir los pasos de sindicatos dependientes del estado, sobretodo por las subvenciones, primas, etc. que tienen con el estado y sus empresas amigas, demuestra día tras día, que si hay que caminar sola, apartada del rebaño, para no venderse y corromperse por los intereses, lo seguirá haciendo, ya que lo único que mueve a este sindicato es el beneficio de los que lo componen, es decir, los trabajadores mismos.

Aquí os dejo el comunicado que CNT de Granada ha repartido en un piquete informativo que ha realizado desde primera hora de la mañana, un comunicado, donde brevemente alude el motivo del 1 de Mayo, la actual situación de crisis, e informa de la manifestación, mitin, teatro y comida que realizará el día del trabajador.

CONCENTRACIÓN CONTRA LA CRISIS EL 1 DE MAYO EN PASIEGAS (CATEDRAL) A LAS 12 HORAS. (Además teatro, mitin, exposiciones,… y después comida en el Local de CNT)


El 1º de Mayo es una de las efemérides más importantes y significativas de la historia del Movimiento Obrero, pero también -precisamente por eso- ha sido sometida a todo tipo de manipulaciones y tergiversaciones. De hecho, una gran mayoría de los participantes en las manifestaciones que en esa fecha se celebran en numerosos países de los cinco continentes, ignoran su auténtico origen; huelga todo comentario por lo que se refiere a los que ni siquiera acuden a esos actos.

Los sistemas totalitarios de los distintos pelajes han conmemorado a su manera el 1º de mayo (a pesar de dedicarse a exterminar a los trabajadores que osaban rebelarse contra esos mismos sistemas), y lo mismo podríamos decir de los mucho más sutiles métodos represivos de las democracias burguesas.

Lo cierto es que lo que se recuerda el 1º de mayo es la muerte de unos anarquistas, inicuamente asesinados por el Estado yanki por el intolerable delito de luchar en pro de la jornada laboral de ocho horas diarias. Tras los trágicos sucesos de mayo de 1886, protagonizados por la policía de Chicago y los mercenarios de la agencia de detectives Pinkerton, los anarquistas fueron víctimas de un montaje político-policíaco-judicial y ejecutados el 11 de noviembre de 1887.

Fechas como estas merecen ser recordadas, pero no debe caerse en el acto ritual, y la CNT no lo hace. Para la CNT, todos los días del año son un primero de mayo, y lo demuestra constantemente en los muchos conflictos en los que interviene. Para la CNT se trata de aprovechar la coyuntura para incidir en la necesidad de la organización de los trabajadores, de la recuperación de la conciencia de clase, del resurgimiento generalizado de la solidaridad entre los trabajadores y de la utilización de la Acción Directa como principio básico de la lucha sindical.

No se puede luchar únicamente por un aumento de salario o una disminución de la jornada laboral, porque aunque eso sea muy positivo, no puede ser nunca una meta. Hay que luchar, además, por la igualdad en todos los aspectos, lo que supone luchar, al mismo tiempo, contra la explotación de los trabajadores por la burguesía y contra la dominación política que ejerce esa misma burguesía a través del aparato del Estado, para perpetuar, precisamente, la explotación. Que nadie se engañe: la CNT tiene como finalidad la instauración del Comunismo Libertario, y a esa finalidad no vamos a renunciar jamás. No nos conformamos con menos. En esta época -en la que estamos viviendo una más de las crisis económicas cíclicas del sistema capitalista- es aún más evidente que el problema reside en la propia existencia del Sistema, y que de él no puede surgir la solución, en modo alguno. En los últimos tiempos se han alzado algunas voces de importantes dirigentes políticos, reclamando la refundación del capitalismo, pero nosotros afirmamos que lo que se precisa es la desaparición del sistema capitalista. A grandes males, grandes remedios. Lo que no impide, ni mucho menos -sino más bien lo contrario- que día a día luchemos por la mejora de las condiciones económico-sociales de los trabajadores; es decir, de nosotros mismos. Somos plenamente conscientes de que tenemos enfrente al poder económico y político, tanto en los objetivos cotidianos como en los finalistas, y actuamos en consecuencia.

Volviendo a la crisis, debemos hacer referencia a los trabajadores inmigrantes, a esa gran cantidad de compañeros que han llegado hasta aquí procedentes de otros muchos lugares del Planeta (en no pocos casos, jugándose la vida), en busca de mejores condiciones de vida en todos los aspectos. Para la CNT, que más que internacionalista es anacional -y por ello enemiga irreductible de fronteras y banderas nacionales- son otros compañeros más, como cualquiera que haya nacido a nuestro lado; sin embargo, después de haber sido sobreexplotados, son ahora acusados por ciertos sectores (no faltando obreros entre ellos) de quitar el trabajo a los españoles. Eso es caldo de cultivo para la xenofobia y el racismo, y, en consecuencia, para el fascismo; lo cual, por cierto, es aprovechable para el PSOE, puesto que los votos que pudieran ir en unas elecciones a los grupúsculos de extrema derecha serían votos que irían de menos a las listas del PP.

Pero si los partidos políticos no se distinguen precisamente por sus escrúpulos morales (no hay más que recordar los innumerables casos de corrupción, independientemente de la afiliación del corrupto), ¿qué podríamos decir de unas organizaciones supuestamente sindicales que en vez de actuar en favor de los intereses de los trabajadores, lo que hacen es ponerse de parte de los empresarios y del Gobierno? ¿cómo es posible que ante la actual situación ni siquiera se planteen la posibilidad de una huelga general, que sería lo mínimo que habría que hacer en estos momentos?. Pero, claro, esas organizaciones se han convertido en asalariadas del Estado y ya no pueden funcionar sin las sustanciosas subvenciones de las que viven sin trabajar sus burócratas y liberados.

Tanto CCOO como UGT, USO, CGT, o cualquier otra organización de ese tipo traicionan constantemente a los trabajadores. Por citar sólo un ejemplo muy actual, decir que en Pilar de la Horadada (Alicante), un militante de la CNT, encontrándose en plena huelga de hambre indefinida, la ayuda que ha recibido de CCOO ha consistido en una recogida de firmas en contra suya (y a favor, por supuesto, de la empresa). ¿Cómo se puede ser tan indeseable? ¿Cómo puede haber trabajadores tan indignos que firmen un escrito así en contra de un compañero?.

La CNT, organización que tiene ya una larga historia (en 2010 celebraremos el centenario) ya no se extraña de nada, y no nos asombran esos comportamientos, pero a todos aquellos que actúan contra los intereses de los trabajadores los considera, con toda justicia, enemigos de clase, al mismo nivel que los explotadores y sus esbirros. Sabemos que estamos solos contra todos, pero eso nos confirma que estamos en el buen camino. Tenemos el orgullo de pertenecer a una Organización que logró por primera vez en España la jornada de ocho horas en 1919, y la jornada de seis horas en Sevilla en 1936, además de haber llevado a cabo la más amplia y profunda transformación social entre los años 1936-1939. Esos son nuestros triunfos. Esa nuestra lucha.

En nuestra Organización milita la parte más sana de los trabajadores. Somos el auténtico movimiento obrero, y nadie nos detendrá.


"La emancipación de los trabajadores, será obra de los trabajadores mismos o no habrá emancipación posible".
Salud y Anarquía!

jueves, 2 de abril de 2009

El capitalismo, su crisis y sus fieles

En los medios de comunicación, en la prensa, en la radio, en la calle, en cualquier situación, solo se oye hablar de crisis, llegando al hecho de que ésta es la culpable de todos los males de la vida cotidiana, que no solo se nombra para denominar cualquier consecuencia real de ésta, sino que se utiliza ante cualquier problema. Podríamos decir que basta con que aparezca el más leve contratiempo, como para atribuirle todas las culpas y errores, pero lejos de esta generalidad, en este caso, el culpar a la crisis de casi todos los males puede ser un acierto.

La crisis que presenciamos en la actualidad, lejos de apaciguarse, se desarrolla cada día que pasa. Esto es debido a que el hecho de estar causada por la especulación y negligencia del mundo financiero y el de la construcción (base del capitalismo y base de economías estatales), afecte a todos los sectores subyacentes. Es a partir de aquí cuando los países afectados entran en recesión, que según su gravedad alcanza el estado de crisis, dependiendo de la severidad de ésta se padecerá deflación o lo que es igual, exceso de producción que el mercado no es capaz de consumir. Es aquí donde la base del sistema capitalista, el bucle de producción-consumo se empieza a desmoronar, se destruye del proceso productivo, lo que conlleva a la eliminación de millones de puestos de trabajo y por lo tanto el consumo se retrae. Siempre en este orden.

En las últimas noticias podemos ver que el estado español empieza a estar en deflación, lo que significa que el país está sufriendo una caída prolongada de los precios, producida por la disminución del consumo, causa y efecto de la recesión. El continuar prolongadamente en esta situación podría desembocar en lo que se conoce como depresión, lo que significaría llegar al profundo e histórico punto del crack de 1929 en EE.UU.

Los ciudadanos que vivimos en un sistema democrático representativo, en el que mediante promesas, un número reducido de personas, es elegido por medio de votación, con el fin de representar a todo un pueblo, nos situamos a expensas de las gestiones de los gobernantes. Esto quiere decir, que el pueblo deja en manos de terceros sus propias responsabilidades. La responsabilidad de que nadie debe decidir por nadie o nadie puede ser libre por nadie.

Haciendo un ejercicio de análisis con respecto a la situación global que existe entre los humanos semejantes, el entorno natural, la producción mercantil, los valores humanos, etc. podemos observar que el sentimiento de estar viviendo mejor, es solo aplicable a la menor parte de la población, por no hablar de la falsa libertad que nos venden en los sistemas democráticos. Es decir, los representantes políticos, responsables de gestionar los recursos para una vida “mejor”, demuestran con sus repetitivos fracasos, que nos estafan día a día con sus promesas de salón.

Los representantes políticos, así como los sindicatos mayoritarios, siguen aprobando las ayudas a empresas privadas con dinero público, además de seguir rechazando la huelga general. El sistema les da de comer, les ofrece sillones confortables, bolsillos muchos más llenos, libre manipulación para sus intereses ¿cómo no van a seguir en esa línea? Por lo general, el representante del pueblo impone leyes, decide sin estar en el lugar de los hechos y por norma, suele estar en mejores circunstancias que el representado, no obstante, el pueblo fiel a la utopía, vuelve a votar a los mismos que lo estafaron. Bonito ejemplo de responsabilidad para las generaciones futuras.

El sistema capitalista, conformado por todos sus mecanismos, nunca puede llegar a funcionar de manera democrática, de hecho, hablar de capitalismo y democracia sería estar hablando de antónimos entre sí. Se trata de un sistema deshumanizador, opresor y represor, creador de leyes que legalizan el asesinato, las guerras, definiendo en su propia terminología, autor del terrorismo de estado. Obliga al ser humano a vivir indignamente, miserablemente, al margen de la cultura, del medio ambiente, del humanismo más básico, del sentido común y lo sumerge en la ambigüedad más total, mediante grandes dosis de ignorancia, lo que supone una perfecta estrategia para ejercer la violencia de unos pocos, los poderosos, contra la inmensa mayoría, los pobres, los explotados.