Ordenanzas sociales o antisociales

Con referencia al último tema que expuse en este blog, que trataba las regulaciones de los espacios públicos, añado hoy la opinión que aparece en el Diario Jaén de ayer (viernes, 4 de diciembre del 2009) de una colaboradora, quién las tacha de "manifiesto surrealista" y "engendro". El texto es corto, pero sobrado para evidenciar lo descabellada que resulta tal estrategia social.

Ay, Graná

Habrá cosa más bonita que Granada. Nada tengo que añadir a lo ya dicho, cantado, recitado por todos los genios que pisaron sus callejas. Granada es, ha sido, pura poesía hasta que unos Bárbaros con mando en plaza, se han sacado un engendro de la manga. Ordenanza de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio público de Granada. Así se llama la cosa. He aquí un manifiesto surrealista y no el de Andre Breton. Tras afirmar que el objeto de semejante bodrio es que las personas puedan desarrollar en libertad sus actividades, lanzan su catálogo de prohibiciones. Prohibida la mendicidad, el arte espontáneo, correr y jugar a la pelota, comer y beber en la calle, sacudir mantas, regar macetas, toda muestra de actividad sexual. Pero, sobre todo, afirman que lo hacen "fieles al modelo de sociedad granadina y para conseguir una adecuada ordenación de las relaciones sociales". ¡Pero quienes se creen estos imbéciles! Que ordenen sus cabezas, sus vidas, y que nos dejen a los demás en paz.

Manuela Espigares Pinilla

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