domingo, 30 de marzo de 2008

HombresGrises

En un lugar no muy lejano, comenzaron los primeros avistamientos de pequeños hombres de silueta oscura, cuya principal característica era la emanación de lágrimas de sangre. Su llanto era un lamento desesperado a la situación en la que ellos vivían, pero nunca supieron cómo llegaron hasta tal situación, así que mucho menos conocerían la manera de poder salir de ésta.

Sus vidas estaban basadas en un continuo ir y venir a ningún destino, todos sus días eran el mismo, prólogos matinales en los que el desagradable sonido del despertador avisaba de que un día más comenzaba su rutina, días grises en sus vidas grises, donde no había momento para la improvisación, todo era regido por parte de un ente superior opresor que encauzaba la vida de cada uno de estos hombres cual piezas de una maquinaria, produciendo una deshumanización social en la que el individuo poseía un rol predeterminado del cual nunca podría desprenderse.

El tiempo de cada persona era invertido en desplazamientos de ida y vuelta a sus respectivos lugares de trabajo, jornadas laborales de 8 horas diarias en las que la creatividad brillaba por su ausencia, oficinas frías en las que carecía el trato humano… todo aquello estaba allí, pero nadie se daba cuenta de la alienación vital a la que estaban sometidos. A las salidas de los trabajos todo estaba perfectamente organizado para que los individuos fueran atraídos instintivamente a un consumo de sus ingresos impulsivo. Todo en sus vidas se basaba en la producción y el consumo.

Hasta aquí, todo funcionaba a la perfección, los hombres grises se despertaban a diario y en su subconsciente ya llevaban grabadas todas estas obligaciones, las cuales aceptaban como “normales”, así que sin más demora, masas de hombres grises coincidían a una misma hora en un vagón de metro, en un atasco, en una estación… todas sus caras eran la misma, el amor viajaba en su vagón, pero ninguno de ellos se dio cuenta nunca, sus miradas iban clavadas en el suelo o perdidas en el vacío.

En algunos rincones y esquinas de sus ciudades, todavía se pueden observar alguno de estos hombres, en los cuales brotó una rebelión subconsciente el día en el cual sus mejillas se vieron empapadas de sangre, empezaron a darse cuenta de que no querían que sus vidas continuaran por ese cauce, pero se sentían ovejas descarriadas de un rebaño que era guiado por una extraña fuerza contra la cual no podían enfrentarse. Deambulando por las calles sus almas emanan las lágrimas ensangrentadas en busca de una liberación en forma de mariposa, cuyo vuelo parte del charco de sangre formado por el llanto de estos HombresGrises.
Texto de www.hombresgrises.com

Ignorancia - La zanahoria de los necios.
Todas las ciudades están llenas de HombresGrises, personas mecanizadas, electrodomesticadas, con una serie de mandamientos a seguir en los que se encuentran la ignorancia, el consumismo, la envidia, el odio hacia el prójimo, el individualismo, etc. Tomando como lema, el refrán "Mal de muchos, consuelo de tontos".

Mirando los tiempos en que vivimos, existen varias teorías a las que parece ser que nos precipitamos. Puede que llevemos un rumbo hacia el caos humano o puede que sea el fin de las conductas animales heredadas, que llevamos a cabo en nuestro comportamiento social, que está dando lugar, desde hace ya algún siglo, a nuevas conductas basadas en la razón.

No hay comentarios: