sábado, 20 de febrero de 2010

Crónica y manifiesto CNT Vs Ordenanza municipal

Como anuncié ayer en un post, hoy se ha celebrado en frente de los Jardines del Triunfo en Granada un acto más en contra de la nueva ordenanza municipal de ésta ciudad. La convocatoria ha sido organizada por el Sindicato de Enseñanza de la CNT de Granada el cual ha representado de una manera teatralizada, un culto funerario a la libertad de expresión en las calles. Durante el acto se ha leído un manifiesto que ponía en perspectiva la pérdida de libertades que la reforma municipal ha traído, además de gritar unas cuantas consignas al respecto. La asistencia ha rondado las 50 personas, contadas por un servidor y ha durado al rededor de dos horas y media. La protesta no ha terminado ahí, por lo que se han dirigido al ayuntamiento de la capital para depositar el simbólico ataúd. Para finalizar la protesta, los asistentes se han trasladado al paseo de los tristes con el fin de compartir una comida popular al aire libre, como acto de desobediencia civil, ya que éste tipo de convivencias como es el que un grupo de personas se reúna en una plaza para comer, han quedado prohibidos con la puesta en ejecución de la ordenanza.

A continuación paso a transcribir el comunicado que el sindicato estaba repartiendo a los viandantes. Que sea de provecho.


Contra esta ordenanza. Por Granada y los que de verdad la pisan.

La nueva ordenanza municipal de Granada, aprobada el pasado 14 de Octubre por el Ayuntamiento, es la plasmación de definitiva y esperada de una política seguida, desde hace años, por las autoridades granadinas en busca del ideal absolutista del control social e ideológico en el modelo de Ciudad Disciplinaria en Granada.

Bajo el pretexto de una supuesta convivencia ciudadana, que es la expresión ideológica impuesta unilateralmente desde el Poder del comportamiento moral de las personas, se pretenden regular todos los aspectos de la vida pública y de la libertad. Su objetivo es el de promover una ciudad pensada para los turistas, cosa que se manifiesta con el repetido concepto de contaminación visual que aparece en la Ordenanza -aunque el concepto de contaminación social no aparece a pesar de las evidentes injusticias y desigualdades que todos vivimos-.

Así, muchas actividades consideradas contra la convivencia, son muy relativas y sujetas a interpretación, y pueden ser usadas como medios de represión y control, más que para asegurar una convivencia entre las personas. Al igual que, en lo referente a las multas, se evidencia un elevado interés por su fomento y esto genera un ingreso económico a las propias autoridades que apoyan esta Ordenanza. De manera que, bajo los criterios de este texto, es muy fácil confundir la prostitución con la actividad privada de una pareja, o una mendicidad pacífica, de una supuestamente agresiva, cosa que no menciona cómo se distingue, y podemos hacernos una idea de en qué manos queda. En definitiva, permite que una animadversión o antipatía personal sea la frontera que lo defina.

Asociaciones de base y acción social son castigadas por la colocación de pancartas sin autorización previa, dejando fuera de estas sanciones, a partidos confines parlamentarios durante la campaña correspondiente, lo cual es una distinción injustamente malintencionada.

Así mismo, serán penadas las personas que no den el chivatazo de supuestas acciones que alteren la convivencia ciudadana, definida en esta Ordenanza -incluyéndose el de ensuciar la vía pública con papeles al suelo o actos callejeros reivindicativos sin autorización-, recordando el ambiente típico de Dictaduras modernas orwelianas.

Las actuaciones artísticas callejeras como mimos, teatros y conciertos espontáneos, etcétera, así como el reparto de octavillas sin ánimo de lucro, juegos -de pelota incluida-, videncias, ventas ambulantes espontáneas... requerirán una autorización previa del Ayuntamiento.

Esto burocratizará la actividad y hábitos de personas no acostumbradas a esos molestos trámites, quienes se verán en la obligación de efectuarlos, sin haber sido partícipes en la decisión de este proceso, y ni siquiera estar de acuerdo. El carácter, a menudo espontáneo y anti-regular, de este tipo de actividades, no se ajusta lo más mínimo a esta manera de proceder. El Ayuntamiento, libre de obligación, se permite dudar de la presunción de inocencia de los ciudadanos que tanto afirman defender, castiga arbitrariamente, y según el caso y el contexto -si les interesa-, por actividades hasta ahora nunca penadas. Por lo que es natural que la persona desconozca la infracción que esté cometiendo. Esto significa que, ante un Ayuntamiento que exige pero no facilita dichos procedimientos, la difusión del conocimiento de éstos, o el hacerlos efectivos, encontramos un sector afectado, que por el desconocimiento de ciertos artículos de la Ordenanza no es esgrimido de denuncia o castigo. Esto incluye acciones como regar las plantas, limpiar los escaparates de los comercios, etcétera. Todas estas actividades, y muchas más, están completamente prohibidas.

La convivencia ciudadana es necesaria.
Pero nosotros defendemos una convivencia ciudadana real, realizada entre los propios afectados no regulada por el Poder. Una convivencia que sabe distinguir las diferentes situaciones y contextos, y que tratan y resuelven los problemas de convivencia como se ha hecho durante toda la vida.

Y, nunca jamás, una convivencia artificial e implantada por la fuerza y la represión, sin la acción de aquellos que la van a padecer, configurada por personas que nunca pisan los suelos de Granada, y se pasean con sus coches de lujo y sus vidas apartadas y enriquecidas materialmente hablando. Una convivencia pensada no para las personas, sino para los habitantes, que sueñan con una ciudad controlada, dominada, artificial y, en definitiva, muerta.

En este contexto se debe ver el trasfondo real que se persigue desde el ayuntamiento, que no es otro que la puesta en marcha de otro mecanismo más de control sobre sus vecin@s. No nos queda duda que las Organizaciones de Base serán unas de las más perjudicadas, pues esta ordenanza se rebelará en breve contra todos nostr@s.

Lo que hace famosa ciudades como Granada, no son sólo sus monumentos que se visitan unas pocas veces en la vida, sino la vida intensa que la envuelve y le da movimiento en el día a día. Una ciudad habitada y vivida, situada en el marco de una libertad que, con esta nueva Ordenanza, se ve peligrar en todas sus facetas. Mientras, las injusticias sociales, el paro, los despidos, la crisis y otros problemas muy graves, campan a sus anchas y no reciben la atención del Ayuntamiento, salvo a la hora de reprimir los movimientos reivindicativos que luchan contra todo ello.

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