miércoles, 23 de abril de 2008

En el camino del Caos

Obviando que hoy ya es miércoles, hablo del día que para mi sigue siendo hoy, Martes 22 de Abril del 2008, día de nuestro planeta tierra. Desde 1970 se viene celebrando este día, con el propósito de evaluar y poner en conocimiento los problemas medioambientales de nuestro planeta, con el fin de sensibilizar a todos los habitantes que vivimos en ella.
Hoy ha estado en Madrid un paleontólogo, biólogo, geólogo… se trata del londinense Richard Fortey, venía como invitado de la “Fundación Banco Santander”, para conferenciar su ciclo “Ciencia y Sociedad «Por qué somos como somos»". Aquí os pongo uno de los artículos que he encontrado y que resume sus ideas.

Un planeta anclado en la Edad media en el que los seres humanos sobreviven a base de proteínas artificiales. Ése es el futuro que espera a la humanidad de aquí a unos 100 años si se siguen explotando los recursos naturales del planeta al ritmo actual. Es el pronóstico de Richard Fortey, investigador del Museo de Historia Natural de Londres y presidente de la Sociedad Geológica de esta ciudad. Paleontólogo, biólogo, geólogo, divulgador... Este hombre, una enciclopedia humana sobre la Tierra, la vida y la evolución, se muestra más que pesimista sobre el futuro del planeta.

En una entrevista con el diario El Mundo, Fortey señala que ninguna otra especie o fenómeno, con excepción de los meteoritos, ha contribuido tanto como el hombre en modificar el planeta. “En otros periodos era algo exterior lo que causaba los cambios, ahora es el hombre, una forma de vida que extingue otras", afirma.

A su juicio, el ser humano está acelerando el proceso de extinción. "Estamos explotando el petróleo, el gas… algo que ha tardado 1.000 millones de años en formarse. Y eso tiene un límite", explica. En los océanos, dice, la situación es especialmente mala, con el aumento de la competencia en la pesca y la captura de nuevas especies.

Ante este panorama, Fortey vislumbra dos posibilidades: una optimista y otra pesimista. La primera es que "paremos el crecimiento de la población al tomar conciencia de la naturaleza". La segunda, que continuemos "hasta acabar con la última gota de combustible, el último animal". Entonces "el planeta se colapsará".

Dado que "la conciencia del daño sigue siendo mínima", él apuesta más por lo segundo. "Vamos al desastre... Creo que retornaremos a la Edad media en menos de un siglo", sentencia. "Podemos controlar la población, parar las emisiones, buscar energías limpias, construir estructuras para evitar el daño de la subida del nivel del mar, pero no lo tomamos en serio". Dicho todo esto Fortey afirma que "La única solución que damos a los problemas es la tecnología”.

Desde aquí, me quiero hacer eco de otra noticia que he encontrado en una web venezolana, que trata problemas medioambientales en éste país.

Estamos destruyendo los cuatro ecosistemas que producen todos los alimentos y casi todas las materias primas: las tierras de cultivo, las llanuras para el pastoreo y cría de animales, las zonas pesqueras, las fuentes de agua tanto superficiales como subterráneas, entre ellas los casquetes polares y todos los glaciares del mundo.

Los bosques están siendo destruidos a un promedio de 9 millones de hectáreas anuales. Están en peligro de extinción una de cada ocho de las 9.946 especies de aves registradas; una de cada cuatro de las 4.763 especies de mamíferos y casi una tercera parte de las 25.000 especies de peces.

En Venezuela los glaciares andinos están desapareciendo. De seis registrados para 1972 sobreviven dos, cuyo período de vida no pasaría de diez años. Venezuela figura en los primeros lugares de los países de América Latina que más rápidamente están destruyendo sus bosques, pese a los esfuerzos de Proforca en Uverito.

La naturaleza es la fuente de la vida. No es una reserva de recursos naturales o materias primas. No es un factor de producción. Tampoco nosotros somos recurso humano o factor de producción.

Un grano de maíz no es la simple combinación óptima de factores productivos como tierra, trabajo y capital. Un grano de maíz es un milagro de la naturaleza, es la combinación de la fertilidad de la tierra, con la energía solar, la cuantía y oportunidad de las lluvias, las temperaturas, el vuelo de los pájaros, la conexión creadora entre la vida vegetal, animal y humana, el talento y los sentimientos humanos tanto hacia la tierra como hacia toda la naturaleza y la humanidad.

En consecuencia, la productividad no es la de una empresa, una rama productiva o una nación. La productividad debe ser la máxima conservación de los equilibrios ecosistémicos, que son los que permiten que el planeta y cada especie se manifiesten al máximo en el proceso orientado a producir la vida.

El Sistema Capitalista ha logrado saltarse los costos ecológicos, provocando que el planeta entre en una grave fase de rendimientos decrecientes, expresada en la pérdida de capacidad para producir aire limpio, agua potable y tierra fértil.
El desierto crece, provocado sobre todo por nuestra sequía espiritual, plenos de egoísmo y sed de ganancias.

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